¿Quién es Zenón?

El fundador del estoicismo

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Por EL ESTOICO RICO

¿Quién es Zenón?

A veces ocurren situaciones en la vida que nos dejan un sentimiento tan abrumador que a veces no sabemos si la vida pudiera seguir siendo la misma después de lo ocurrido. Tal vez perdimos todas nuestras pertenencias en un incendio, las actividades criminales en la ciudad nos han obligado a huir de nuestro lugar natal o simplemente la vida comienza a perder sentido porque sentimos que solo nos pasan cosas malas.

Un día, una de estas situaciones pasaron de ser una suposición a una realidad para Zenón de Citio.

En un viaje entre Fenicia y Pireo, su barco se hundió junto con su carga. Zenón terminó en Atenas y al verse abrumado por el problema tan grande en su vida como era perder todos sus bienes en ese barco, pasó por una librería y se detuvo a comprar con el poco dinero que le quedó un libro filosófico de Sócrates. 

La mayoría de los detalles de la vida de este gran personaje se conocen por las biografías y anécdotas conservadas por Diógenes Laercio.

Se dice que comenzó con su camino a la sabiduría al consultar al oráculo de Delfos quien le dijo que para alcanzar la mejor vida debía tomar la tez de un muerto. Por esta razón es que interpretó que su camino era el de estudiar autores antiguos.

 Como una de las casualidades más específicas de la vida, al preguntarle al vendedor de libros dónde podía conocer a un hombre como Sócrates Crates de Tebas, el cīnico, iba pasando por ahí y el vendedor le dijo que hablara con él.

Así fue como comenzó su travesía en la filosofía aprendiendo en un inicio de Crates y de Estilpón, ambos siendo filósofos cínicos.

Tiempo después comenzó a distanciarse de esta escuela y a establecer sus propias teorías, probablemente porque era demasiado modesto como para asimilar la desvergüenza que caracteriza a los cínicos. Incluso cuenta Laercio que una vez que se dio cuenta Crates de este supuesto defecto en él, le dio una olla llena de sopa de lentejas para llevarla por entre el distrito de la cerámica y cuando se dio cuenta de la vergüenza de Zenón, Crates rompió de un golpe la olla y Zenón comenzó a correr avergonzado. Crates lo regañó diciendo: “¿Por qué huir, mi pequeño fenicio? Nada terrible te ha sucedido.”

Alrededor del año 300 a.C. y después de años de aprender de distintas filosofías y escuelas se decidió a comenzar a enseñar él mismo en la columnata del Ágora de Atenas conocida hoy en día como la Stoa Poikile o el portón pintado.

Gracias a este lugar y a este personaje es que se le dio el nombre que ahora conocemos de esta filosofía a pesar de que al principio se le llamaba zenonismo.

Algunos escritos indican que Zenón no se fijaba en las clases sociales al momento de enseñar así que estaba abierto a todo el mundo. Cualquier persona era libre de acercarse a escucharlo y a hablar con él sin importar sus títulos o condición social.

Después de fallecer, los atenienses honraron a Zenón con una estatua de bronce y se aprobó el siguiente decreto de un hombre que fue totalmente un ejemplo a admirar:

“Mientras que Zenón de Citio, se ha dedicado durante muchos años a la filosofía en la ciudad y ha continuado siendo un hombre de valor en todos los demás aspectos, exhortando a la virtud y la templanza a los de la juventud que acuden a él para ser enseñado, dirigiéndolos a lo que es mejor, dando a todos en su propia conducta un patrón para imitar en perfecta concordancia con su enseñanza, ha parecido al pueblo, y que bien resulte, alabar a Zenón de Citio, y coronarlo con una corona de oro conforme a la ley, por su bondad y templanza, y edificarle un sepulcro en el Cerámico a costa del público…”.

Por desgracia, ninguno de los escritos originales de este personaje han sobrevivido al pasar de los años pero se conoce que una de sus obras más famosas fue la de La República que era una oposición directa al libro de Platón donde expresaba la visión de una sociedad estoica ideal.

Citas de Zenón

“Tenemos dos oídos y una boca, debemos escuchar más de lo que decimos”

“El buen vivir se logra con pequeños pasos, pero ciertamente no es una pequeña tarea”

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